No hay un alumno y tampoco hay un profesor. Esa persona sería una persona cerrada. No va a dejar que nadie la apruebe. No quiere que él y no quiere que el resto. Depende del curso también. Son más abiertos todos. Puedo trabajar más con primer año. A la tarde es al revés. Aquel que dice no quiero y tampoco voy a dejar que los otros puedan. En un curso receptivo. Tipos de alumnos. Son alegres, divertidos, felices. Las chicas, estoy hablando de mis alumnas. La que no tiene al apto va y se sienta- Es otro espacio físico. Son mucho más participativos. Estos alumnos abiertos o que se la llevan previa tienen otra circunstancia. No tiene por qué estar atrás. Estamos hablando de cosas distintas. Hay algo más profundo que provoca que estalle en el colegio. Se hacen visibles en el aula. Nosotros también somos personas. Circunstancias de aquellos que tienen circunstancias. Tuvo la amabilidad de venir a avisarme. Quiere superarse. Todos los días to
Ahora que la clase aristocrática argentina ha ganado la batalla de interpretaciones, está de moda decir frases parecidas a esta: "Por fin vamos a cerrar la grieta que abrió CFK" (por ejemplo: " A la grieta la instalaron Néstor y Cristina ", escrito por Luis Majul y publicado en el diario La Nación). Me surgió entonces la idea de hacer un relevamiento de lo que llamamos "grieta" a lo largo de la historia argentina. Trabajo arduo por lo copioso, no porque fueran acciones ocultas. Pensemos nada más en la obra de Esteban Echeverría, " El Matadero ", publicado en 1840, que se estudia en todas las escuelas medias del país. Una obra sangrienta sobre los orígenes de esta grieta. Defino grieta como esa insalvable separación entre la clase oligárquica y las clases populares de Argentina. En este relevamiento, podemos hacer constar un hecho de la historia argentina que es desconocido por ser un hecho menor ocurrido en la Ciudad de B